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Marek Edelman encabezó la sublevación del gueto de Varsovia. Durantesu larga vida fue preguntado infinidad de veces sobre sus vivenciasdurante esos terribles años. Pero siempre le rondaba una cuestión:¿Por qué nadie le preguntaba si en el gueto hubo amor? ¿Por qué eso no le interesaba a nadie? Y afirmaba: «Era el amor lo que ayudaba aresistir». En este libro Marek Edelman esboza la vida de los judíos en Polonia antes de la guerra y traza retratos de vecinos y conocidossuyos en el gueto, nos cuenta cómo eran las escuelas, los hospitales,la vida en la calle, y también el terror, la lucha por lasupervivencia y la dignidad, los movimientos de resistencia yfinalmente la sublevación. Una misma voluntad recorre todo el libro:salvar del olvido a muchas de las víctimas del gueto, con sus nombresy apellidos, porque, como dice Edelman «seguramente nadie más va aevocarlas y es necesario que de ellas quede alguna huella». Yconstatar las «cosas maravillosas» que allí ocurrieron, los momentosde felicidad, porque afortunadamente «también hubo amor en elgueto».Marek Edelman encabezó la sublevación del gueto de Varsovia.Durante su larga vida fue preguntado infinidad de veces sobre susvivencias durante esos terribles años. Pero siempre le rondaba unacuestión: ¿Por qué nadie le preguntaba si en el gueto hubo amor? ¿Porqué eso no le interesaba a nadie? Y afirmaba: «Era el amor lo queayudaba a resistir». En este libro Marek Edelman esboza la vida de los judíos en Polonia antes de la guerra y traza retratos de vecinos yconocidos suyos en el gueto, nos cuenta cómo eran las escuelas, loshospitales, la vida en la calle, y también el terror, la lucha por lasupervivencia y la dignidad, los movimientos de resistencia yfinalmente la sublevación. Una misma voluntad recorre todo el libro:salvar del olvido a muchas de las víctimas del gueto, con sus nombresy apellidos, porque, como dice Edelman «seguramente nadie más va aevocarlas y es necesario que de ellas quede alguna huella». Yconstatar las «cosas maravillosas» que allí ocurrieron, los momentosde felicidad, porque afortunadamente «también hubo amor en el gueto».